El impulso a los productores de raicilla de la costa sur de Jalisco permite productores de la bebida tengan más oportunidades para continuar con la tradición raicillera
Por Amado Vázquez Martínez
Cabo Corrientes, Jal.– Entre montañas que bajan hasta besar el Pacífico, la raicilla dejó de ser solo un secreto de taberneros y campesinos para convertirse en un motor de desarrollo que hoy, gracias a la conjunción de tradición e impulso institucional, fortalece la economía de la Costa Sur de Jalisco con su Denominación de Origen (DO) desde 2019.

María Fernanda y el agave
En Cabo Corrientes vive María Fernanda López, productora que heredó de su abuelo el saber de la raicilla artesanal, quien meticulosamente cultiva y supervisa el corte de sus agaves Angustifolia y Rhodacantha, que después cuece en hornos cónicos y fermenta en tinas de madera, para luego destilar en cobre.
«La raicilla es parte de nuestra vida y de nuestra identidad», afirma mientras sostiene una botella de su marca artesanal.
En su comunidad, como en toda la costa sur de Jalisco, la producción ronda 25 mil litros anuales, cifra que crece con el respaldo de las instituciones como SADER-Jalisco.
Apoyos históricos
Precisamente, para que la tradición y ampliación de la cadena productiva de la raicilla se consoliden, el titular de SADER‑Jalisco, Eduardo Ron Ramos, acudió al Consejo Mexicano Promotor de la Raicilla A.C., en Mascota, donde anunció un paquete histórico de apoyos para raicilleros.
APOYOS DE SADER A RAICILLEROS
-134 mil plantas de agave para duplicar el registro en el programa ARS
-15 tanques de acero inoxidable para fermentación y almacenamiento.
-46 fermentadoras de 500 litros para igual número de tabernas.
-Capacitación técnica y acompañamiento para garantizar inocuidad y calidad.
-Bolsa de 7 millones de pesos para asistir a cuatro ferias internacionales.
Fuente: SADER‑Jalisco

Ahí refirió: «Tenemos tres millones de pesos materializados: dos millones de pesos en plantas que se entregaron a productores que aspiraron al programa y un millón de pesos en fermentadoras».
El Secretario subrayó el impacto económico de la raicilla en 16 municipios jaliscienses y la importancia de apostar por mejorar las condiciones de producción a través de ferias internacionales
«Cuenten con nosotros para la promoción nacional e internacional. Estamos por firmar un convenio (con organismos gremiales agroempresariales y agroindustriales) y nosotros vamos a aportar tres millones y medio de pesos, y el Consejo otros tres millones y medio», que dijo Ron Ramos sumarán una bolsa de siete millones para ir a cuatro ferias internacionales.
Respaldo tangible
Álvaro Fernández Labastida, presidente del Consejo Mexicano Promotor de la Raicilla, agradeció el apoyo por la adquisición de más de 139 mil plantas de agaves raicilleros de las variedades Maximiliana Weber y Angustifolia Haw, en beneficio de 64 productores, así como por la entrega de 46 fermentadoras de 500 litros cada una.
«El valor total del apoyo de SADER es de 3 millones de pesos que se distribuyó en 46 fermentadores para 46 tabernas beneficiadas y cerca de 134 mil plantas a 64 agricultores», explicó Fernández Labastida.

El impulso es vital: la producción de raicilla en Jalisco ha crecido 500% en los últimos cinco años, y ahora busca consolidarse en mercados nacionales e internacionales. El precio promedio de la botella artesanal oscila entre 300 y 500 pesos, mientras que versiones “pirata” se venden en 200 pesos, con riesgo para la salud de los consumidores.
Para productoras como María Fernanda, los apoyos se traducen en seguridad productiva y proyección comercial:
«Ahora tendremos mejores equipos para fermentar y almacenar, y con más plantas podemos pensar en crecer sin perder la tradición», afirma.
Los municipios jaliscienses que cuentan con la Denominación de Origen de la Raicilla son Atengo, Atenguillo, Ayutla, Cabo Corrientes, Cuautla, Chiquilistlán, Guachinango, Juchitlán, Mascota, Mixtlán, Puerto Vallarta, San Sebastián del Oeste, Talpa de Allende, Tenamaxtlán, Tecolotlán y Tomatlán; además del nayarita, Bahía de Banderas.