Por Amado Vázquez M/Hugo F Castellano
La agricultura regenerativa es el proceso para devolverle al suelo sus características originales, antes de la intervención del hombre y gradualmente, con el uso de biorracionales, cada vez más agroproductores están aplicando técnicas e insumos para restaurar la tierra y la flora antes que talar el bosque para limpiar las praderas, proceso que evita el avance del cambio climático.
Así opina Gerardo García Barragán, de Compucampo, al citar que México es particularmente vulnerable al cambio climático debido a sus características geográficas y sociales, que trae como consecuencia enfermedades como el dengue transmitido por mosquitos, más la inseguridad alimentaria, del agua, impactos negativos en el turismo y aumento de las desigualdades socioeconómicas, todo lo cual se puede evitar con la restauración del suelo si los agricultores implementan esta forma de producir.
LAS VENTAJAS
Mediante la agricultura regenerativa, hay varias ventajas, dice, entre ellas «se van a recuperar las características del suelo que se habían perdido, como capacidad de retención de agua, generación de algunos nutrientes por medio de la acción de las bacterias y los hongos en el suelo, recuperar capacidades del suelo perdidas por acción erosiva».
«Son efectos que no se ven económicamente, pero cuando empieza a tener producciones de granos, de berries, aguacate, agave o frutales, que se puedan considerar sustentables y el mercado lo reconozca, ahí se verán mayores ingresos».
«Esto significa que además de una mejora en el suelo, se puede acceder a la posibilidad de generar productos agrícolas que el mercado se los va a pagar mejor», enuncia, para añadir que «con el proceso de agricultura regenerativa, además, se logra capturar carbono y depositar en los suelos en un formato que luego puede comercializarse como crédito de carbono».
LA ALTERNATIVA
Explica que la alternativa de la agricultura regenerativa también genera una reducción en los costos porque en casi 80 años hemos dado un uso excesivo a la maquinaria y a ciertos insumos químicos, «pero cambiamos y en general los productores necesitan cambiar su forma de pensar, no solo por una situación ecológica sino también por una cuestión económica».
Luego, añade: «El cambio climático es una realidad… el 2023, fue, según especialistas y meteorólogos, el año más caliente a nivel mundial. Eso ya es un indicador. Los ciclos de Niño y Niña que se daban en el Pacífico que eran cada tres años o más ahora cambian en un mismo año. El cambio climático ya existe y ya estamos viendo sus efectos».
«¿Qué podemos hacer desde la agricultura?», se pregunta, para añadir que los vegetales tienen una gran capacidad de tomar dióxido de carbono del ambiente, desacoplarlo en carbono y oxígeno y el carbono convertirlo en parte integral de su biomasa, de su materia orgánica y eventualmente ese carbono llevarlo al suelo, enterrarlo o secuestrarlo en un formato químico que puede ser carbono orgánico del suelo».
«Lo que tenemos que hacer es implementar metodologías que nos ayuden o aceleren estos procesos. Todos los vegetales hacen ese proceso de conversión a materia orgánica y no hemos hecho las tareas correctas, pero hay tecnologías y buenas prácticas que nos van a permitir traer ese dióxido de carbono de la atmósfera hasta el suelo».
«Las tecnologías pueden compendiarse en seguir utilizando vegetales, pero cuyos residuos queden en el suelo, incorporarlos y comenzar a utilizar cultivos de cobertura para que durante todo el año en el suelo haya organismos vivos, bacterias y hongos que promuevan esa degradación de carbono vegetal a un carbono orgánico llevado a niveles inferiores.
Y explica: «La agricultura regenerativa está en una etapa de reconocimiento y tiene mucho camino por recorrer».
BIORRACIONALES AL RESCATE
La salud del suelo y de las plantas es un tema crucial dentro de la perspectiva de inocuidad calidad y nutrición. Y es entonces donde aparecen (se han dado interesantes desarrollos teóricos y prácticos en la última década) las ideas de un manejo biorracional.
Desde lo conceptual se puede definir lo biorracional el uso integral de diversos conocimientos biológicos sin dejar de lado impactos económicos apuntando a un proceso de agricultura sostenible que cuide recursos y que a través de ese conocimiento lleve adelante un manejo Integrado de plagas.
Los investigadores y expertos en la materia lo saben. Y lo saben bien. Existe un marco biológico de especies, plagas y sus bioreguladores. Es desde esa mirada entonces, desde la que se busca un manejo inteligente y efectivo de organismos que pueden afectar al cultivo, pero con herramientas que produzcan un mínimo impacto al medio ambiente y a las personas.
UNA SOLA SALUD
Lo indiscriminado, lo generalizado, está siendo superado por un sentido precisamente más racional y específico. Vale la pena detener la referencia informativa sobre lo biorracional, para añadir un componente en el que se sigue insistiendo: «One health» o una sola salud.
La FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura) plantea desde 2021 que «Una sola salud» es un enfoque integrado y unificador pensando en la salud de las personas, los animales y los ecosistemas.
Esta vinculación supone dejar las perspectivas aisladas y trabajar para que la inocuidad por ejemplo se vea mayormente fortalecida. Esto es, producir alimentos con mejores prácticas de desarrollo, que involucra un manejo integrado de plagas, pero con productos o prevenciones biorracionales, al final termina beneficiando no solo a la planta, a sus raíces, al suelo, sino también al ser humano, a los animales y a los diferentes ecosistemas con su equilibrio natural.
En lo biorracional, el origen es básicamente natural, biológico o con síntesis química, pero con muy bajo impacto ambiental. No se trata solamente de una postura cultural o filosófica.
Existe en realidad un dinámico mercado detrás del cual consumidores más informados y curiosos exigen mucha calidad. Hay también normativas internacionales que amplían sus requisitos de ingreso y esperan productos en algunos casos sin residuos de pesticidas.