
Ing. Luis Fernando Haro Encinas
Director General Consejo Nacional Agropecuario
El pasado 22 de julio se llevó a cabo en la sede del Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA) en San José, Costa Rica, el 2º Encuentro de Federaciones Agrícolas de las Américas promovido por la Federación de Cámaras del Agro (FECAGRO) cuyos objetivos principales fueron: alinear una visión estratégica del sector agroalimentario frente a los nuevos retos globales, fortalecer la colaboración regional y generar propuestas concretas que no solo aseguren la sostenibilidad ambiental, económica y social, sino que también promuevan la competitividad y el liderazgo del continente americano en la producción de alimentos.
Participaron más de 50 lideres de 15 países y 19 Asociaciones privadas para dialogar sobre una agricultura más competitiva en el hemisferio y en representación de México tuve la oportunidad de participar como Consejo Nacional Agropecuario en este importante y trascendental evento.
En un contexto global se señaló que la producción agrícola de las Américas es un activo estratégico para la seguridad del continente. Ante eventuales conflictos geopolíticos, pandemias y disrupciones logísticas, garantizar el acceso a alimentos nutritivos y suficientes es una condición indispensable para la estabilidad social.
El continente americano es la principal reserva estratégica de producción agrícola mundial y frente a la creciente incertidumbre global, este continente tiene la responsabilidad compartida y la gran oportunidad de producir y garantizar el abastecimiento alimentario global con sostenibilidad, innovación y equidad.
AGRICULTURA DE AMÉRICA
La agricultura de las Américas representa el 23% de la producción global y el 29% de las exportaciones mundiales de productos agroalimentarios.
Es una realidad que la agricultura enfrenta grandes desafíos en las Américas y algunos de ellos son: la pérdida de biodiversidad, la escasez de agua, la degradación de suelos y las disrupciones logísticas, entre otros.
Para lograr la sostenibilidad de la producción agrícola se deben contemplar las dimensiones económica, social y ambiental. A ese fin cada región debe desarrollar su propio modelo según sus condiciones geográficas, características climáticas, estructura de sus suelos, recursos naturales, cultura y buenas prácticas en sus cadenas de valor. Es esencial que las políticas comerciales y ambientales reconozcan la diversidad de los modelos de producción sostenible y que contemplen la provisión de incentivos para facilitar el comercio, la inversión y la generación de empleos rurales.
La creciente tendencia en los mercados internacionales de promover la aprobación de normativas ambientales que no siempre están basadas en la ciencia, puede conducir a obstáculos técnicos al comercio que afecten la competitividad y el desarrollo de los productores de las Américas.
El comercio internacional basado en reglas claras y justas impulsa el desarrollo, mejora la calidad de vida, incrementa los ingresos rurales y facilita el acceso al financiamiento, a la innovación tecnológica, que constituye una herramienta clave para la seguridad alimentaria.
FEDERACIONES AGRÍCOLAS
Las federaciones agrícolas de las Américas cuentan con muchos ejemplos de buenas prácticas agrícolas sostenibles, así como con marcos de políticas y programas institucionales que evidencian el compromiso del sector con una agenda hemisférica integrada en materia de innovación y agricultura sostenible.
El evento se desarrolló bajo la dinámica de varias conferencias magistrales en torno a los nuevos sistemas agroalimentarios, las nuevas tendencias del comercio internacional, la agricultura regenerativa y la salud del suelo, la nueva narrativa para la agricultura, entre cada una de ellas se estableció una amplia discusión abierta en cada uno de los temas por los participantes.
Es de llamar la atención encontrar tantas similitudes en cuanto a las problemáticas y los retos que enfrentamos ante la amplia diversidad de países y políticas públicas que están establecidas en cada uno de los gobiernos.
Señalamos la imperiosa necesidad de revalorar la importancia que representa el sector agroalimentario, la producción de alimentos, de las y los productores en cada una de las naciones, tanto para los gobiernos, como para la población en general.
El garantizar el abasto de alimentos para la creciente demanda de la población es quizás el mayor reto que enfrenta la humanidad; es por ello por lo que las políticas públicas y privadas deben de estar enfocadas a elevar la productividad y hacerlo de manera sustentable.
Se requiere una nueva narrativa, que considere a la agricultura como parte de un sistema integrado, contribuyendo a objetivos fuera del sector agrícola (ej. nutrición, salud, empleo, combate a la pobreza, energía), que se reconozca a la agricultura, a las y los productores del campo como parte de la solución y no del problema y que son: la ciencia, la tecnología, la innovación, la sostenibilidad y el trabajo público-privado los fundamentales para lograr la transformación.


