La Organización Mundial de Comercio dictaminó que la regulación estadounidense ya no afecta al pescado mexicano; el gobierno mexicano apelará la decisión.
Ginebra, Suiza, 30 de octubre de 2017.- México perdió este jueves un fallo en la Organización Mundial de Comercio (OMC) en su disputa contra las discriminatorias reglas de mercado impuestas por Estados Unidos al atún mexicano, lo que debilita su reclamo de sanciones comerciales en contra de Washington.
Como se recordará en abril del presente año, los jueces de la OMC fallaron previamente contra las normas estadounidenses de atún y autorizaron sanciones comerciales de México, pero Estados Unidos argumentó que había hecho lo suficiente para ajustar sus leyes y solicitó una exención de las normas por razones de conservación ambiental.
Pero ahora la Organización Mundial de Comercio (OMC) emitió un fallo inicial en el que advierte que los cambios hechos en marzo de 2016 a la regulación estadounidense ya no afectan al pescado mexicano.
Así el caso del conflicto comercial por el atún entre México y Estados Unidos dio un nuevo giro. Pero el gobierno mexicano señaló que apelará dicho fallo.
“México no coincide con el razonamiento jurídico del fallo de la OMC, por lo que, dentro del plazo previsto por las reglas de esta misma organización, nuestro país apelará dicho fallo”, dijo la Secretaría de Economía federal en un comunicado.
A pesar de que la OMC autorizó a México a imponer represalias comerciales por 163.23 millones anuales a Estados Unidos por la discriminación al atún mexicano, el gobierno mexicano no las utilizó bajo el argumento de que esperaría a conocer el fallo que diría si las modificaciones hechas en Estados Unidos en el primer trimestre del 2016 se apegaban a las prácticas internacionales.
Ahora, a más de un año de que los estadounidenses presentaron sus cambios a las reglas de etiquetado de atún “dolphin-safe”, la OMC afirmó que ya no discriminan a los productos de atún mexicano.
El caso ya lleva nueve años en el organismo de resolución de diferencias de la Organización, ya que México lo presentó por primera vez en octubre de 2008.
El problema es que al no darle al atún mexicano el etiquetado “dolphin-safe” se impide la comercialización del pescado en las cadenas de autoservicio de ese país y lo margina a que se distribuya solamente en pequeñas tiendas.
La negativa a darle la etiqueta se da a pesar de que los pescadores mexicanos utilizan métodos para pescar atún con altos estándares en los que se protege a los delfines, de acuerdo con el gobierno federal.