La unidad entre universidades con vocación agroalimentaria, es la clave para que el sector primario en México sea capaz de alimentar a alrededor de 120 millones de mexicanos, y conquistar el mercado mundial: José Barrales Domínguez.

TF/ Conrado Vázquez y Raúl Torres Lugo

Tras la caída del precio del petróleo, México debe basar su desarrollo económico en la producción agroalimentaria y a su vez, tener como pilar fundamental a la educación superior ligada al campo, debidamente vinculada entre sí.

Así lo afirma el rector de la Universidad Autónoma Chapingo, Sergio Barrales Domínguez quien señala que “la salud y el desarrollo del campo en México, debe estar basado principalmente en las universidades con vocación agropecuaria, porque son las que tienen las herramientas para plantear alternativas de solución a los retos productivos y comerciales del siglo XXI”.

DE VISITA EN CHAPINGO

Al recibir a Tierra Fértil en las confortables oficinas de la rectoría de esta singular universidad, el catedrático y productor oaxaqueño, da respuesta a diversos cuestionamientos relacionados con la academia agropecuaria.

Habla de la relación de la ciencia con el sector primario. Toca temas relacionados con el comercio nacional e internacional agropecuario; diserta sobre el apoyo gubernamental a la educación e investigación agroalimentaria y de la pertinencia de que las universidades estén vinculadas entre sí.

De entrada, da respuesta a la pregunta sobre ¿por qué México debería basar su desarrollo en la producción agroalimentaria y apoyar la vinculación de su academia agropecuaria?

BASADO EN LA ACADEMIA AGROPECUARIA

Al respecto, Barrales Domínguez reconoce que la salud y el desarrollo del campo en México, así como  el protagonismo del sector primario en la economía nacional y mundial, debe estar basado principalmente en las universidades agropecuarias, porque son las que tienen las herramientas para plantear alternativas de solución a los retos productivos y comerciales del siglo XXI.

En ese contexto, el siguiente cuestionamiento fue si el país, ¿debe basar el desarrollo del sector primario principalmente en la academia agropecuaria?

En esta temática, el rector de la Autónoma Chapingo aseguró que, efectivamente así tiene que ser, «porque somos nosotros los que tenemos las herramientas para poder plantear alternativas de solución. Por ello, no hay duda que la academia tiene que ligarse con todo lo demás que atañe a la producción de alimentos y su comercio».

Doctor, entonces, ¿La vinculación entre universidades con vocación agropecuaria es y ha sido importante para México? y si así es, ¿en qué ha ayudado al sistema agropecuario nacional, la hermandad de los centros de educación superior?

Desgraciadamente esta unidad requerida por el campo nacional, todavía no se da como debiera.

Hoy en día la vinculación que surge entre universidades, no sale desde sus órganos de decisión; viene de intereses muy individuales de nuestros profesores.

Lo que se tiene que hacer es un trabajo mucho más amplio, para que estas interrelaciones surjan desde los órganos de decisión de cada institución, con la finalidad de darles la fortaleza necesaria con recursos y continuidad.

Creo que en ese sentido, anuncia el gobierno que por ahí viene una política pública. Al parecer, quiere  que todas las universidades hagamos proyectos en conjunto; para mala fortuna de los ciudadanos mexicanos y su campo, de nueva cuenta, como sucede desde hace tiempo, se requieren planes para resolver problemas y no para la productividad.

Doctor, ¿qué ha faltado? ¿Qué obstáculos se han tenido que sortear, para que las universidades sean verdaderas bases del crecimiento del campo en el país?

Definitivamente, una política pública que nos obligue a ello. Porque hasta ahora, el gobierno federal ha dejado que cada institución haga lo que crea conveniente que es correcto y pertinente que se lleve a cabo.

Pero lamentablemente, desde la cúpula gubernamental, no hay una visión global que diga que todo mundo se dedique a sacar cosas de impacto social.

En síntesis, no hay una ley que obligue a que se actúe con obligatoriedad con responsabilidad y sobre todo, que las dependencias oficiales y las que no lo son, cumplan metas establecidas y necesarias para beneficio del país.

Doctor, México necesita a sus mejores hombres para poder salir adelante en esta cruzada agroalimentaria. ¿Los centros de educación superior del país tienen la capacidad de aportarlos?

La capacidad, si se refiere a conocimientos, la tenemos. La capacidad, si es para bajar el conocimiento a nivel de campo, creo que todavía nos falta a nivel república.

Sin embargo, no es tan sencillo llevar conocimiento generado a través de investigación y trabajarlo en campo.

Para facilitar la llegada de la ciencia al sector primario, es importante hacer caso de lo que sugieren científicos de diversas ramas: primero, hablar el lenguaje que entiende la gente del campo, para que el campesino sea capaz de apropiarse del conocimiento. Caso contrario, habrá una barrera infranqueable, algo que ha pasado de manera frecuente hasta ahora.

Y esto es verdad. Nosotros debemos de actuar sólo como facilitadores de la producción. Y el sector productivo tiene que decidir y efectuar sus ideas, y luego, generar acciones para que los académicos respondan.

Desde su particular punto de vista doctor, ¿qué le hace falta al sector primario nacional para ser protagonista en la economía nacional y mundial?

La oportunidad de que se manifieste en toda su capacidad una política de estado, acorde a las necesidades actuales del campo en México.

Pero a la política de estado no le va a convenir por ejemplo, apoyar al campo para que todos los campesinos produzcan de manera exitosa, porque entonces, toda la nación se mete en líos.

¿Usted cree que al vecino del norte le conviene que nos den todo el apoyo necesarios para que hagamos todas nuestras áreas agrícolas productivas?, pues no.

NEGOCIO DEL CLIENTE

Porque entonces, quién le va a comprar casi todos sus productos, la prueba está que de momento, casi todo lo importamos. De ejemplo está el arroz que traemos del exterior más del 80 por ciento, el maíz, las oleaginosas, etc.

El negocio de ellos, de los clientes, es que México se aplique a asegurar la suficiencia alimentaria, porque les pregunto, ¿a poco creen que está fallando este concepto en el país? Pues para su conocimiento, no.

El gobierno quiero dejar en claro, cumple a cabalidad con que haya comida en los almacenes, los mercados y donde sea. Pero no le importa si sólo entra el que tiene dinero.

AUTOSUFICIENCIA Y SOBERANÍA

Pero ¿la autosuficiencia alimentaria que significa?, para mi entender, es que se tenga la capacidad de producir lo que se consume en su totalidad.

Pero cabe decir que este tema, está relacionado a otro concepto llamado soberanía alimentaria, que es el máximo de seguridad que tiene un país basado en su balanza productiva alimentaria y ese es el reto más grande que tiene México: alcanzar ese nivel.

¿Qué representa?, voy a producir todo mi alimento, pero voy a comer lo que a mí me gusta.

Doctor, ¿en qué se debe aplicar la academia agropecuaria para poder enfrentar y vencer todos esos obstáculos que se le presentan al campo mexicano?

Lo fuerte ahorita es conservar nuestros sistemas de producción. Hacer todo lo necesario para que la gente del campo no se vaya; que no abandone su tierra.

Que por cualquier medio, el agroproductor siga manteniendo, aunque sea los mínimos niveles de producción que ha tenido durante este letargo que vive el sector primario en el país. Con eso al menos, conservaríamos germoplasma y toda la cultura productiva.

En este sentido doctor, ¿no sería importante acrecentar las alianzas entre universidades para perseguir mejores resultados en todos los ámbitos del sector rural?

Desde luego que sí. Esa es una forma. De hecho, actualmente en la práctica se da, sólo falta que el trabajo conjunto sea más sistematizado.

¿Cuáles son los obstáculos que tendrían que vencer las universidades en todo México para poder ser útil al sector agroalimentario mexicano?

Creo que son de organización. También hay algo importante que no es fácil de solventar: Chapingo, COLPOS, INIFAP y otras, pertenecemos a la SAGARPA como cabeza de sector. Y ese es un obstáculo fuerte hasta hoy, pero no infranqueable.

En cambio el resto de las universidades e institutos dependen de la SEP y nos han pedido que pasemos a la SEP, pero desde hace mucho tiempo nos hemos negado.

¿Por qué? porque significa perder parte importante del presupuesto. Ya le pasó a la escuela de agricultura Narro, que por sólo cambiar de afiliación, perdió 250 millones de pesos.

La dificultad para interactuar entre los centro de educación superior radica en que, cuando se quiere hacer un proyecto en conjunto, las formas de cómo usar el recurso se complican, porque hay dos aparatos administrativos.

Doctor, ¿Chapingo podrían estructurarse, asociarse con otras universidades, por ejemplo las privadas? y ¿Si existiera un sólo pensamiento, un sólo destino de las ideas, podría ser benéfico para México y su campo?

Desde luego. Yo no estoy en contra. Yo participo en un programa de bioenergéticos. Ahí tenemos gente de Chihuahua, COLPOS, Veracruz, San Luis Potosí, Tabasco. Vean que somos diferentes instituciones. Sólo que el gobierno federal, cuando aporta el recurso, pone como condición que la comprobación del dinero la haga Chapingo.

Cabe aclarar, que cuando el gobierno ha apoyado con recursos a diversas universidades, se truncan los proyectos. Al menos hasta hoy eso ha sucedido. Sin embargo, todo tiene solución. Es cosa de sentarnos a dialogar.

En este punto, quiero dejar claro que no soy de la idea de crear una secretaría a nivel nacional para que la interacción de la academia sea posible y para que se haga un frente científico común.

LLEGAR A ACUERDOS

En lo que sí concuerdo, es en que acordemos las mejores formas para que operativamente desarrollemos los proyectos adecuados.

Si hay experiencias extrañas, desagradables al respecto, han sucedido porque, repito, nadie desde arriba nos está diciendo cómo, (no hay un liderazgo nacional, ni académico, ni gubernamental, ni empresarial), todo surge desde aquí abajo, desde las aulas.

Menciona que los recursos que aporta el estado son lo que mantiene la matrícula de Chapingo, ¿cuánto necesitan para mantener su plantilla de estudiantes?

En este año la universidad recibió alrededor de dos mil 400 millones de pesos de presupuesto. Este recurso mantiene a alrededor de ocho mil 900 alumnos, de esta cantidad, más del 90 por ciento son becados.   

Pero la mayor parte del dinero se va en salarios; la nómina significa arriba del 80 por ciento. Y ahora, con esto del presupuesto base cero, no sabemos cómo vaya a quedar para el 2016.

¿Qué resultados le ha dado a México este presupuesto?

Yo digo que mucho. Una vez en Culiacán un productor dijo que los ingenieros agrónomos no servíamos para nada. La respuesta de este rector fue: señor, usted es un extraordinario productor de papa, pero, ¿usted genera las variedades de papa? No, contestó. La pregunta le bajó el orgullo.

Ciertamente esos empresarios cuentan con grandes capitales; han hecho mucho dinero produciendo en el campo mexicano, empero se les olvida que quien genera las variedades mejoradas de los diversos cultivos, son los investigadores.

Por este y otros argumentos creo que desde las aulas de universidades con vocación agroalimentaria, le hemos dado mucho a México.

Pero lamentablemente, de aproximadamente 100 mil agrónomos que se han formado a la fecha a nivel nacional, se estima que hay un 50 por ciento que no están trabajando en lo que fueron formados. La cifra oficial señala que hay 80 por ciento.

¿A través de la historia, han contabilizado el número de egresados de Chapingo?

Si le doy un dato le mentiría. Por ahí hablan de que se han formado como 100 mil agrónomos en todas las instituciones.

De Chapingo somos quizás la mayoría, pero enseguida vendría Narro, que también es una institución fuerte. Había otras facultades pero ya las desaparecieron. A lo mejor un 60 por ciento de ese total a nivel nacional, son los egresados de Chapingo.

Porque hubo un tiempo en que se impulsó mucho esta universidad, pero actualmente hemos estado un poco apagados, por lo que tenemos la firme convicción de cambiar y ver hacia el futuro.

ESTADÍSTICAS POBRES

Por otro lado, existen estadísticas actuales no muy alentadoras para el campo nacional. De cada 100 muchachos que ingresan, 46 no terminan la carrera. No obstante, ya nos pusimos como meta bajar ese porcentaje.

Pretendemos en un futuro inmediato, buscar las causas de esta deserción y pugnar porque los jóvenes no encuentren ningún distractor en su carrera. Y especialmente, concientizarlos para que valoren lo que representa tener esta oportunidad.

Cabe mencionar, que en la nación mexicana, no hay otra universidad donde se les de comida, hospedaje y todo lo que esto significa, sólo Chapingo lo hace y los hospeda en un vergel.

El reto de vencer el hambre de casi la mitad de los mexicanos, ¿necesita de toda esta cadena de universidades y universitarios?

Claro que sí, porque si van bien preparados en cuanto a sistemas de producción, mejores resultados obtendrán. Tenemos hoy en día evidencias de que con la misma tierra, es posible elevar la cantidad productiva de alimentos en regiones diferentes.

Y lo bueno es que ya se están metiendo técnicas para tratar de afectar lo menor posible el medio ambiente. Por ello, tenemos carreras como agroecología, manejo de recursos naturales, recursos forestales, porque ya saben cómo hacerle, para desde el punto de vista técnico, producir más sin alterar el medio ambiente.

Señor, ¿uno de los puntales en este tema, debe de ser el extensionista, el egresado de las carreras universitarias con carácter agrónomo, para enfrentar este reto?

Sí, porque al hacerlo, representa oxigenar el conocimiento; presentarlo un poquito diferente al actual.

En el presente sistema de enseñanza en Chapingo, hemos pugnado mucho para que el estudiante adquiera el carácter empresarial.

La intención es mantener este sistema, porque no podemos estar cerrados a los adelantos del mundo moderno, pero a la vez, se debe concientizar al estudiante a que vea al campo y su gente, con sentido social.

¿Por qué lo hacemos? porque los muchachos que se formaron con esta idea empresarial, creen que con sólo terminar la carrera ya se van a volver ricos y resulta que encontraron que no es verdad.

Llevan esta formación; caen en el campo con gente que come sólo una vez al día y dicen, pues si yo fui formado como emprendedor para ser líder y mira en lo que vine a caer.

Por eso a las nuevas generaciones ya les damos una embarradita de sentido social, porque para hacer vinculación o extensionismo, también se requiere una preparación diferente.

Y algo trascendental, también se tiene que enseñar al muchacho a hacerse entender, a cómo llegar al surco, porque en la práctica, no es fácil hacer que el campesino entienda al universitario y menos al científico, concluye.

LO DIJO

«En este año la Universidad Autónoma Chapingo, recibió alrededor de dos mil 400 millones de pesos de presupuesto. Este recurso, mantiene a alrededor de ocho mil 900 alumnos, de esta cantidad, más del 90 por ciento son becados».

Doctor Sergio Barrales Domínguez

Rector de la Universidad Autónoma Chapingo

EL DATO

100 estudiantes ingresan a estudiar la carrera de agronomía en la Universidad Autónoma de Chapingo y sólo egresan 54. A pesar de que se le da una beca que comprende hospedaje y alimentación los prospectos a extensionistas, no valoran la oportunidad.

LA CIFRA

100

Mil agrónomos han egresado de las diferentes universidades del país en México a la fecha. De estos profesionistas del campo, el 60 por ciento es graduado en Chapingo

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