Una raza rústica, muy resistente a cualquier clima y con una excelente producción de carne, lo que la convierte en una de las preferidas de los criadores de este ganado de origen sudafricano

Por Amado Vázquez Martínez

La raza caprina Boer, de origen sudafricano, es un animal muy admirado por ser un gran productor de carne y por su elevada resistencia a climas extremos, que además tiene excelentes defensas contra las enfermedades, por lo que esta chiva es la preferida de muchos caprinocultores por sus múltiples cualidades.

La historia de esta raza se remonta a fines del siglo XIX, cuando en Sudáfrica fueron cruzadas cabras de la raza Nubia con ejemplares europeos, lo que dio por resultado animales de gran tamaño y capacidades superiores a sus antecesores, por lo cual se le bautizó como Boer, que en neerlandés significa «campesino» por su resiliencia y gran tasa de conversión.

Su nacimiento obedeció a la necesidad de los criadores de contar con animales fuertes que soportaran las altas temperaturas de climas áridos y el Boer representa todo ello, gracias a que cuenta con sangre de caprinos nativos de las tribus migratorias bantús y hotentones de Sudáfrica, de ahí que también se le conozca como raza Afrikánder.

En la actualidad existen hatos en EE. UU. Canadá, Uruguay, Brasil, Argentina y México, por lo que platicamos con uno de los criadores de Boer de Jalisco, concretamente en la granja La Cofradía de Alberto Alatorre, localizada en kilómetro 3.5 del camino Acatic-Santa Rita en el municipio alteño de Acatic.

BUENA RAZA

Antes de dar pormenores de la crianza, es necesario citar que las características más relevantes de este ganado son su cabeza marrón y cuerpo blanco, cuernos redondos, largas ojeras y con pelo fino y corto, musculoso y muy robusto.

Las hembras pueden llegar a medir de un metro a 1.30 metros, con pesos de 113 a 136 kilogramos; son buenas madres, con gran facilidad de gestación de cinco meses y con una buena producción de leche para los cabritos y es por ello que predominan en entidades con zonas semidesérticas y desérticas como Chihuahua, Sonora, Tamaulipas, Jalisco o Querétaro.

En la granja tiene 80 vientres en producción y comenta que una vez que este tipo de ganado llegó a los Estados Unidos, lo aclimataron y realizaron diversas modificaciones genéticas, por ejemplo, lograron animales más musculosos, los hicieron de más carnes, elegantes, con barriles más alargados, estéticos, con cuellos distinguidos.

Cuenta que los primeros ejemplares sudafricanos eran más rústicos, con menos conversión alimenticia, de menor rendimiento en canal y uno de los grandes logros fue alcanzar una mayor rapidez en su crecimiento, hasta lograr un rendimiento en canal parecido al de los borregos.

En su caso tiene los animales estabulados, en lo que era una granja para 100 cerdos, que aún cuenta con las áreas porcícolas en el predio de unos tres mil metros cuadrados, donde desarrollaban las áreas de nacimiento, maternidad, engorda…

Dice que es tanta su rusticidad que tiene una excelente adaptabilidad a climas secos, húmedos, a las alturas, pues se han logrado adaptar a la Ciudad de México, a Tapachula, Chiapas, Guerrero, Oaxaca y Puebla, por eso son animales muy codiciados.

LA REPRODUCCIÓN

Actualmente realiza reproducción con monta directa e inseminación artificial acompañada por laparoscopia para atender a las donadoras y a las receptoras, aunado a que cuenta con semen de ejemplares tanto nacionales como estadounidenses.

Su inventario consta de animales de registro y animales comerciales sin registro, aunque comenta que hay ejemplares puros sin registro e indica que inician por absorción, con 7 octavos, hasta llegar a 31/32, que ya son considerados puros.

Hay otra línea de material genético con certificados e indica que lleva 12 años generando producción y aprovechando la línea de innovación genética con material también de otros ranchos, por lo que insemina con material genético de Estados Unidos.

«Cuando inicié las cargaba cuando tenían de seis a ocho meses, pero había muchos problemas en los partos» y comenta que ahora carga a las hembras entre los 12 a los 14 meses y de esa forma tiene menos partos distópicos, tienen menos desgaste.

En promedio las hembras tienen de cinco a seis partos y en sistemas superintensivos alcanzan de 1.7 a 1.8 crías promedio por parto; el destete de los caprinos, que nacen de entre 3.5 a cuatro kilos, se lleva a cabo entre los 70 a 80 días, cuando tienen un peso de entre 20 a 23 kilos.

ALIMENTACIÓN Y NUTRICIÓN

Expone que el veterinario Benjamín Nuño, considerado como el creador de los borregos de la raza Pelifolk, le ha apoyado con fórmulas para la alimentación de los caprinos, porque no existe mucha atención a la raza.

Esto le ha permitido lograr un buen desarrollo de su ganado al ser alimentado adecuadamente en el periodo preiniciador e iniciador y luego de transcurridos cinco meses decide cuáles ejemplares serán para genética y cuáles para la engorda, a los que nutre con más proteína y a los 45 días los destinan al rastro.

En el caso del ganado comercial, éstos cumplen con las características genéticas de la raza por absorción hasta la quinta generación para ser vendidos entre unos 25 a 30 mil pesos con registro y de 10 a 12 mil pesos sin registro; mientras que algunos que presentan defectos son vendidos para la birria de chivo de Acatic, donde pagan el kilo en unos 70 pesos, casi el doble que los otros mercados.

EL FENOTIPO

En cuanto al fenotipo de un buen animal, dice que la cabeza debe de estar bien  estructurada, pues tiene una cabeza apericada, que es de dos tipos: de media nariz hacia abajo, con cabezas muy elegantes, como el tipo sudafricano o americano; los cuernos deben estar bien ensamblados, aunque hay diferencias en el grosor del pescuezo; cita que antes los cuernos rozaban el cuello, ahora, con las modificaciones genéticas, les permiten arrimarse al corral y comer sin problemas.

Indica que para la pigmentación de las orejas es buena con por lo menos un 75% de rojo encendido a café en la cabeza; no hay problema con la pigmentación de la piel en la base de la cola, que debe ser del 50 al 75%; además, las patas deben de estar bien aplomadas, con buena angulación, aunque en el caso de las pezuñas a algunos les gustan negras porque dicen que son más rústicas, más aguantadoras y en el caso de la cola, debe de estar bien diseñada.

En los machos los testículos deben de estar bien presentados y las ubres deben estar bien definidas en las hembras en sus cinco modalidades, pero en su caso, si tienen algunos detalles, los vende como comercial o para el consumo, pero dice que entre más limpios, son mejores.

LA PRODUCTIVIDAD

Las chivas de esta raza son muy buenas productoras de leche, pues sus hembras han destetado cuatro cabritos sin problemas, ya que el lácteo de las Boer contiene mucha grasa y en promedio generan de uno a dos litros, pues no son productoras lecheras como otras razas.

En cuanto a las enfermedades, dice que un ejemplar, entre más fino es más delicado, pero en su región tienen a la mano lo que necesitan y eso facilita tener animales sanos más que en otras zonas de mucho calor, o en localidades donde el termómetro no baja de menos cero grados.

En el caso de animales en pie, explica que casi todos tienen un rendimiento en canal sobre un 60% máximo, lo que representa entre 45 a 50 kilos a los cinco meses y reitera que «son animales impresionantes, con buenas características para producir carne y con la nueva genética mejoran cada día, son más robustos, más cárnicos, sin perder la rusticidad.

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