Ing. Luis Fernando Haro Encinas

Director General | Consejo Nacional Agropecuario

El sector agroalimentario sigue enfrentando grandes retos y desafíos y uno de ellos es el cambio climático: desde el 2021 se presentó el fenómeno de «La Niña», que ha traído hasta la fecha una condición de sequía generalizada en nuestro país; actualmente más del 50% de los municipios se encuentra bajo condición de sequía y los estados más afectados son Zacatecas, San Luis Potosí, Jalisco, Colima y Querétaro, que presentan una condición de sequía “severa”.

Recientemente se presentaron lluvias arriba de lo normal, que ayudó a que las áreas con condiciones anormalmente secas y de sequía moderada, disminuyeran en Sonora, Chihuahua, Durango, Sinaloa y Coahuila, que permitió una ligera reducción de las áreas con sequía severa y extrema en Tamaulipas e Hidalgo.

La prolongada sequía también ha afectado a países altamente productores de alimentos, como lo es Argentina, Brasil y los Estados Unidos, teniendo impactos en sus volúmenes de producción.

Según pronósticos, se espera que para el segundo semestre de este 2023 cambie al fenómeno de «El Niño» y con esto concluir con un largo período de escasez generalizada de lluvias y que podamos tener precipitaciones extraordinarias que, por una parte, favorezca que las temperaturas no sean tan cálidas y a la vez aumente el nivel de almacenamiento de las presas y que puedan desarrollarse de mejor manera los cultivos de temporal y las zonas de agostadero, que son utilizadas para la ganadería.

Otra de las sequías que el sector agropecuario, pesquero y acuícola enfrenta, es la sequía y escasez de recursos financieros; del financiamiento; de créditos, que son esenciales para el desarrollo de este importante sector. Hoy ya es un hecho la desaparición de la Financiera Nacional de Desarrollo Agropecuario, Rural, Forestal y Pesquero, única institución del Gobierno Federal de financiamiento de primer piso que principalmente colocaba recursos a pequeños y medianos productores del campo.

Desde diciembre del 2022, esta Institución suspendió toda clase de recursos de crédito a los más de 300 mil productores sujetos de crédito de esta banca de desarrollo, con lo que se concluye con una tradición histórica de casi 100 años de una estructura de financiamiento gubernamental que impulsaba las actividades productivas en el campo y en las zonas rurales de nuestro país desde que se había conformado el Banco de Crédito Rural.

Es fundamental que exista una política pública de desarrollo del sector agroalimentario que, por una parte, garantice el abasto suficiente de alimentos para la población y, por la otra, permita el desarrollo y el crecimiento regional y poder aprovechar las oportunidades y el potencial productivo que se tiene a lo largo y ancho del país.

Esto, considerando que México es el 11º productor y 7º exportador a nivel mundial de alimentos y se requiere de estructuras financieras que contemplen las diferentes necesidades que existen para los productores del campo y del mar mexicanos.

Los apoyos hacia el sector no solo disminuyen a través del tiempo, sino también su enfoque, que ahora es para programas asistenciales y clientelares que, en términos generales, no están enfocados a aumentar la productividad de los productores, ni a buscar ser más eficientes en sus procesos de producción.

Para el 2015 los recursos aprobados para la Secretaría de Agricultura fueron de poco más de 90 mil millones de pesos, para este 2023 los recursos asignados son de 70.5 miles de millones de pesos y enfocados principalmente a programas como Producción para el Bienestar, Fertilizantes, Precios de Garantía, etc., programas de apoyo directo a pequeños productores, sin una medición de los impactos en la producción que deberían tener.

Si bien es cierto que el sector ha seguido creciendo, a pesar de los retos que ha estado enfrentando, y que gran parte de ellos son por decisiones que se han venido tomando, ha sido porque hay un segmento de productores y empresas que han sabido sortear estas embestidas y han logrado poder contar con los recursos suficientes para salir adelante.

Afortunadamente quienes vivimos en este país, no sabemos lo que es una crisis alimentaria; no tenemos idea de lo que sería no contar con los alimentos suficientes y accesibles. La mejor manera de enfrentar los retos que tenemos es hacerlo de manera coordinada; el trabajar de la mano sector productivo y Gobierno, para poder contar con un campo más productivo, incluyente y sustentable.

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