Al anunciar que a fines de abril se tendrá en pleno la producción del fruto de la cactácea, SADER-Jalisco informa que el registro genético será para evitar que se adjudiquen las variedades estatales

Guadalajara, Jalisco, a 15 de abril de 2021.- Para evitar la piratería de las variedades de pitaya jalisciense, la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (SADER-Jalisco), registrará la identidad genética de seis variedades en el Servicio Nacional de Inspección y Certificación de Semillas (SNICS), precisa la dependencia, al apuntar que la temporada de cosecha en el corredor pitayero de la Región Lagunas y las obras en el mismo registran importantes avances.

Así lo informa el responsable del despacho de la SADER, Salvador Álvarez García, al puntualizar que la protección de la cactácea jalisciense es importante debido a que su cultivo tiene un gran peso socioeconómico en diversas regiones de la entidad.

Dijo que el impacto de estas obras del corredor, que se localiza en los municipios de Amacueca y Techaluta, se verá en esta temporada de venta de pitayas, cuya producción se tendrá en pleno a fines de este mes y hasta que lleguen las lluvias.

El director de Fomento Hortofrutícola de la SADER Jalisco, Néstor Olivares Mora, refirió que el tema de la identidad genética requiere registrar algunas variedades ante el Servicio Nacional de Inspección y Certificación de Semillas (SNICS), para prevenir que en otras partes del país o del mundo se las adjudiquen como especies propias.

Precisó que las variedades que se pretende blindar con el registro del SNICS llevan los nombres populares de Mamey, Tenamaxtle, Amarilla (color naranja débil), Blanca ácida, Morada y Blanca, del género Stenocereus.

Detalló que luego de un trabajo de campo y de sistematización de información, están marcha las gestiones necesarias para el registro: «De parte de la academia han tenido esa incursión para blindar su genética y no dejar libre esa ruta, porque en otros países podrían utilizar la genética para propagarla».

TRABAJO TÉCNICO

Expuso que en el trabajo técnico sobre la genética de las pitayas jaliscienses, se ha tenido trabajo de extensionistas y de investigadores de esta cactácea, como el caso de Juan Florencio Gómez Leyva y su equipo del Instituto Tecnológico Agropecuario (ITA) de Tlajomulco.

Además del trabajo de sistematizar la información para su entrega al SNICS, también se ha trabajado en acciones encaminadas a brindar apoyo a los productores pitayeros y cita como ejemplo la elaboración de un biopolímero que impregna la cáscara de la pitaya y le brinda mayor vida de anaquel,aunado a trabajos de propagación de metodologías agronómicas ligadas a la agricultura orgánica.

Los parajes pitayeros jaliscienses están ubicados en la Región Lagunas, particularmente en Techaluta de Montenegro, Amacueca, Teocuitatlán de Corona y Zacoalco de Torres, por mencionar algunos municipios, aunque también hay en otras latitudes, como en el famoso Llano en Llamas.

Ricardo Navarro Hernández, extensionista de SADER, comentó que suman 20 años en los que avanzan gradualmente en latecnificación de la pitaya en la Región Lagunas, lo que registra avances importantes en reducir el tiempo de aprovechamiento de las plantas con técnicas de mejoramiento de suelos y fertilización, aunque reconoció que hay el reto de socializar estos avances.   

El extensionista explica que ha sido notoria la actuación de la SADER-Jalisco de mantener el extensionismo y llevar esquemas de apoyo a otras regiones con potencial pitayero, como fue el Programa de Desarrollo Territorial (Prodeter) de 2019 al municipio de Zapotitlán de Vadillo y destacó la relevancia de la protección legal de la genética de las pitayas, lo que ya realizó Oaxaca, entidad líder en volumen de producción, seguida de Jalisco.

En la entidad, una hectárea con aproximadamente 700 tallos, produce alrededor de 50 mil frutos en la temporada, con un peso promedio de 100 a 150 gramos y un valor que oscila entre los cinco y un pesos; se tiene una ganancia de 140 mil pesos por hectárea (si la fruta es vendida a tiempo y sin castigo al precio), de aquí la importancia desde el punto de vista económico y social.

EL DATO

Cerca de 70% de la población de Techaluta es beneficiada directa o indirectamente por la actividad, ya sea por trabajar durante la temporada o por los resultados económicos que se ven reflejados durante y después de la época de pitayas.

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