El estudio llamado «Cerrar brechas» denuncia que pese a que se reconocen de palabra sus contribuciones, la mujer enfrentan aún múltiples formas de discriminación
Ciudad de México, 08 de marzo del 2019.- Para que las mujeres que viven en el medio rural logren su pleno desarrollo, es necesario que sus opiniones sean escuchadas y se les dé mayor poder y voz en todo proceso de diseño, implementación y evaluación de las políticas públicas.
Lo anterior lo señala el estudio llamado «Cerrar brechas» presentado de manera conjunta por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) y el Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola (FIDA).
En el documento publicado en el marco de la celebración del Día Internacional de las Mujeres, las agencias de las Naciones Unidas señalan que pese a que la sociedad reconoce de palabra las contribuciones esenciales que las mujeres rurales e indígenas hacen a la agricultura y al desarrollo rural, la pobreza continúa afectándolas de forma desproporcionada.
Abunda que las mujeres rurales e indígenas enfrentan múltiples formas de discriminación, tienen menor acceso a tierras, activos, crédito, insumos, servicios, tecnología, ingresos, ejercicio real de derechos y escaso acceso a los títulos de propiedad de la tierra.
En la publicación se cita el Compendio de Indicadores 2016, en la que la FAO en México evaluó a algunos de los componentes de los programas dirigidos al campo mexicano y se mostró que el acceso de las mujeres a estos programas sigue siendo inferior al de los hombres.
Y pone de ejemplos de ello al componente de extensionismo del Programa de Apoyos a Pequeños Productores en 2016, que tuvo como población beneficiaria a un 26 % de mujeres y 74 % de hombres; el componente de Infraestructura Productiva para el Aprovechamiento Sustentable de Suelo y Agua del Programa de Productividad Rural en 2016, tuvo una relación de 12 % y 78 %; y el Programa de Concurrencia con las entidades federativas en ese mismo año fue de 20 % y 80 % respectivamente.
El estudio, aparte de hacer un diagnóstico sobre la condición de las mujeres rurales e indígenas en México, sus necesidades y potencialidades, propone fortalecer la inclusión de las necesidades de mujeres rurales e indígenas para su desarrollo mediante dos estrategias complementarias de buenas prácticas que FIDA y FAO apoyan a nivel local, nacional y regional, en los que consideran a las mujeres como sujetos específicos de política pública.
Además el documento sugiere fortalecer los recursos financieros, humanos y técnicos de las mujeres rurales e indígenas para garantizar, en la práctica, la igualdad de oportunidades y reconocer que sus derechos y necesidades son esenciales para aumentar sus grandes contribuciones al sector rural del país.