El sector forestal puede ser un motor de la economÌa nacional, pero lastres como burocracia y falta de voluntad polÌtica frenan su productividad, asegura el experto

TF/Roberto Silva

En México no se le da la importancia que debe tener el sector forestal, rubro que si fuera mejor atendido y aprovechado, puede ser un motor de la economía nacional, como sucede en otros países.

La reducción presupuestal, la burocracia, la falta de voluntad política y de estrategia –hay dos rumbos, el federal y el estatal- y el desinterés de la mayoría de los dueños de bosques por atenderlos bien y unirse para «pesar» más como organización, entre otros factores, impiden que este sector sea más productivo.

Además, la dependencia federal que está para defenderlo de las agresiones, como la tala inmoderada y el cambio de usos de suelos que sufre por parte del hombre, no tiene los recursos suficientes para castigar a los agresores.     

En pocas palabras, el sector forestal del país está bastante mal, señala a Tierra Fértil Ignacio Tovar Cortés, presidente de la Sección Jalisco de la Asociación Mexicana de Profesionales Forestales.

SIN RESULTADOS

Por lo antes expuesto, Tovar Cortés señala que las estrategias puestas en marcha por los anteriores gobiernos federales y estatales no dieron resultados favorables, aunque reconoce que «existen casos muy específicos donde sí los hubo, pero en términos generales en el sector forestal estamos mal».

Añade que un ejemplo del poco interés por este sector por parte de las distintas administraciones federales pasadas, lo demuestra la caída del presupuesto de la Comisión Nacional Forestal (CONAFOR) el cual, en sus inicios, fue de nueve mil millones de pesos, pero en el 2018 decreció a tres mil millones.

A LOS bosques en México no se las da la importancia debida, afirma Ignacio Tovar

«Eso habla de una falta de visión, de sentir que el sector forestal puede ser un pilar que detone el desarrollo de sectores importantes para la economía del país. Con sólo ver ese recorte, ya (concluimos que) estamos mal, no hay un impulso a la producción y a la productividad forestal», lamenta.

Menciona que la administración federal saliente tenía una estrategia para promover el desarrollo sustentable forestal con el fin de elevar la producción y la productividad «y en términos reales y aún con las cuentas alegres que nos daba, en los hechos esto no se reflejó en un incremento real».

CUENTAS ALEGRES

Se hablaba, agrega el experto, de aumentar la producción de cinco millones de metros cúbicos a casi once millones a nivel nacional, pero sólo se logró llegar a seis o siete millones y medio, «además en ese proceso también tendríamos que hablar qué cantidad es una cosa, pero hablar de calidad tiene otro sentido».

«Producir materia prima por producir y extraerla del bosque no necesariamente refleja un incremento en la productividad, es decir, sólo se extrajo más», indica el ingeniero forestal.

«EI impacto que puede tener un metro cúbico más de madera, no tiene sentido si se compara con lo que se puede hacer si a este metro cúbico se le da valor agregado», fustiga.

Subraya que la mejor forma de garantizar que el manejo sustentable se dé, es tener la cadena de custodia de todo el proceso, desde donde se cosechan los árboles en el bosque, hasta el producto final, que puede ser un mueble, carbón o un durmiente.

«Pero a ese rubro (darle valor agregado a la madera) no se le metió gran cosa de recursos», señala.

Y pone de ejemplo a Jalisco, estado donde en seis años se apoyó el establecimiento de dos o tres aserraderos tecnificados para mejorar la calidad de los cortes y evitar que se desperdicie madera en aserrín y en residuos.

«Entonces por ahí no fue la política pública suficiente, y yo no sé si sea por omisión, por incapacidad o porque se redujo el presupuesto. Esto es un ejemplo, pero en el resto del país estamos igual», lamenta.

MUCHAS TRABAS

Menciona que otra muestra del desinterés que existe para que el sector forestal del país se desarrolle, es el laberinto burocrático que tiene que enfrentar la persona que busca hacer un aprovechamiento.

«En la parte normativa hay un costo muy alto, es decir, le cuesta mucho dinero al interesado el que las autoridades se tarden tanto tiempo en dar una autorización», recrimina.

Explica que un programa de manejo es el documento administrativo-técnico que se requiere para realizar un aprovechamiento forestal, el cual se autoriza en las delegaciones estatales de la SEMARNAT.

Y aquí, en este punto, vuelve a poner de ejemplo a Jalisco: el delegado estatal de la CONAFOR de la administración federal anterior tenía el «récord» para otorgar la autorización, con una «marca» de dos años.

«Así qué empresa puede programar un proyecto, por ejemplo, para proveer de madera a alguien o hacer compromisos para darle valor agregado a esta madera, nadie, no se puede programar», fustiga.

Y cita otro ejemplo de la maraña burocrática, menciona que para obtener una notificación para realizar un saneamiento forestal, es necesario hacer trámites en la CONAFOR, la PROFEPA, el gobierno del estado respectivo y la SEMARNAT.

«Pero los insectos no saben de burocracia, ellos lo que hacen es consumir vegetación y por tanta burocracia, la  notificación, que es el documento que autoriza el corte de los árboles (enfermos), genera más problemas que soluciones», señala en tono irónico.

Menciona que este es un problema serio, «insisto, eso se tiene que resolver. Sólo di un ejemplo (al citar al anterior delegado en Jalisco), pero esto sucede en todo el país», subraya.

FALTAN RECURSOS

Otro inconveniente que impide el desarrollo del sector forestal nacional, agrega, es el recorte presupuestal, que impide explotar enormes extensiones de bosques que están sin manejo y que tienen potencial para ser aprovechados.

Son terrenos, agrega, dentro de zonas boscosas que requieren ser reforestadas, restauradas y puestas a conservación, acciones que están contempladas en programas de la CONAFOR y que se reducen en cada recorte que se le da al presupuesto de la dependencia.

«Se necesitan, la verdad, más recursos, más inyección en casos específicos para detonar el desarrollo forestal. Lo que está programado es escaso y se tendrán que buscar mecanismos para allegar más recursos para el sector», enfatiza.

Comenta que esperan que esta nueva administración dé mayor impulso al sector forestal para hacerlo más eficiente, que apoye al resto de la cadena, para que se le dé valor agregado a la madera que se extrae y se generen más empleos.

«Para que en el bosque haya menos necesidades, mejor calidad de vida para los que están dentro de esta cadena, a fin de que no volteen los ojos a otras actividades que no son las forestales», señala sonriente.

SIN RUMBO FIJO

Subraya que para que crezca la productividad del sector forestal del país, se requiere también de una mejor coordinación entre la SEMARNAT, la CONAFOR y la PROFEPA, «se necesita un buen liderazgo, un buen director en la SEMARNAT, porque esta entidad es la cabeza del sector».

Además Tovar Cortés pide más voluntad política para que haya rumbo y comenta que en ese aspecto «estamos un poco entrampados porque hay dos visiones, la nacional y la estatal, pero parece que no son concurrentes».

Pide mayor vocación de servicio a los mandos superiores e inferiores de esas dependencias oficiales para que el sector forestal camine mejor, «pero este es un tema político que no nos alcanza a nosotros», reconoce.

LO DIJO

Con la nueva administración federal seremos propositivos, coadyuvantes, vamos a apoyarlos en todos los sentidos, pero también seremos muy analíticos y críticos con sus acciones».

Ignacio Tovar Cortés, presidente de la Sección Jalisco de la Asociación Mexicana de Profesionales Forestales

Aunque lo que más urge, subraya, es que se reduzca la burocracia y los tiempos de atención para otorgar la autorización, «a fin de hacer más ágil el tema de los recursos y los apoyos que otorga la CONAFOR, porque tiene mucha burocracia y hay que hacer que eso cambie».

También pide que la PROFEPA debe tener más capacidad y autoridad para atender los temas complejos que hay en el tema forestal «como la inseguridad, el clandestinaje, los malos manejos de cambios de uso de suelos, cosas que afectan al sistema forestal».

NO SER COMODINOS

Pero Tovar Cortés también tuvo para los productores forestales, a quienes les mandó decir que no sean comodinos y conformistas; les pidió más compromiso para que los bosques nacionales sean más productivos.

Comenta sonriente que «en una ocasión, a un productor que recibe anualmente beneficios de la Comisión Nacional Forestal (CONAFOR) le pregunté que si un individuo alcanza la mayoría de edad a los 18 años, él cuándo iba a obtener su mayoría de edad siendo un productor que no requiriera de apoyos».

Abunda que «sólo me contestó con una sonrisa ladina, por llamarlo de alguna forma. Es decir, los apoyos nos dan una situación de confort y nos quedamos ahí, ya no buscamos crecer».

Por ello pide a los dueños de los bosques no caer en ese tipo de situaciones y les demanda que sean proactivos, que formen alianzas o que fortalezcan las que ya están establecidas, «hay asociaciones de silvicultores en todos los estados y por consiguiente, en todo el país, incluso en el estado (Jalisco) hay por región, pero no participan mucho, son pequeños representantes, no se ve la voluntad ni a nivel nacional, ni estatal, ni regional».

Porque menciona que «el que no llora, no obtiene recursos», y para ello deben buscar hacer alianza con las autoridades, «no digo que no haya, pero se necesita fortalecerse, por ejemplo, aquí en el estado (Jalisco) existen 12 mil productores, pero yo normalmente veo (en las juntas) a 20».

«Es decir, hay un gran trecho para lograr ser representativos y tener el peso específico que han logrado, por ejemplo, los agricultores o los ganaderos, nos falta un tramo para crecer en lo organizacional», reconoce.

NUEVA ADMINISTRACIÓN

Sobre lo que espera de la nueva administración, Tovar Cortés, menciona que ahorita el país está en transición de una administración federal con otra, «y eso es muy bueno, pero ellos necesitan un poco de tiempo para sentarse, ver la casa, y luego ya revisada, ver qué hay que hacer».

Pero en este proceso, dice, tiene que haber «daños colaterales», se tiene que afectar a terceros por dañinos.

«No es el tema, pero lo que sucede con la gasolina es una muestra de lo que se tiene que hacer también en el sector forestal».

«Existe gente que está metida ahí y que está haciendo daño. Hay gente que hizo mal uso de los beneficios, de los recursos y todo eso se tiene que revisar», subraya.

Agrega que lo que sí puede decir o pronosticar es que quien va a dirigir la CONAFOR, cuenta con los requisitos idóneos para encabezarla: profesionista en el sector, currículum en el oficio público y también en lo privado e incluso en la academia.

«¿Qué esperamos de él? que voltee los ojos hacia la parte social, porque en el país, el 80 % de la propiedad forestal está en manos del sector social», comenta.

Considera que si ese es el rumbo que tomará el nuevo titular de la CONAFOR, puede ser que esto cambie, «porque no hay mejor cuidador de un bosque que su dueño, pero cuando tiene el apoyo suficiente en cuestiones técnicas, operativas y de financiamiento».

Y eso, asegura, es una visión clara de quien llegó, porque lo impulsó, junto con otras personas, desde hace 30 años.

APOYO Y CRÍTICA

Tovar Cortés confía en que el tiempo le dé la razón, porque quienes llegan tienen más conocimientos y vocación de servicio y asegura que el nuevo titular de la CONAFOR y su equipo están en una situación de edad y de equilibrio emocional, porque tienen satisfechas sus necesidades, entonces, asegura, no vienen más que a servir.

«Yo tengo confianza en que si hay un buen capitán, las cosas caminen bien, nomás que no se deje envolver, porque hay grupos, hay sectores que son trabas que se tienen que ir brincando. Uno son los ambientalistas, que buscan protagonismo», indica.

Asegura que tienen un estado de ánimo propositivo con la nueva administración, «seremos coadyuvantes, vamos a apoyarlos en todos los sentidos, pero también seremos muy críticos, muy analíticos en los casos y temas donde pensemos nosotros y nuestros asociados los silvicultores, que las cosas no están caminando bien».

«Para ello, haremos los señalamientos pertinentes, prudentes, para que se vaya generando una cultura de trabajo y honestidad, para que este sector sea como debe de ser, un motor de la economía a nivel estatal y a nivel nacional», finaliza el ingeniero Tovar Cortés.

POCO O CASI NADA

Actualmente en México el apoyo al sector forestal es muy raquítico, por no decir insignificante, comparado con la ayuda que recibe este rubro en otros países.

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