Científicos alertan que un cambio climático cada vez más lesivo, ha ocasionado cambios en los hábitos de estos reptiles endémicos en la Comarca Lagunera, en México.

Torreón, Coahuila, a 01 de marzo de 2019.- El cambio climático cada vez más lesico que se ha dejado sentir en los últimos años en México  y el mundo, amenaza con cobrar victimas en la Comarca lagunera, México.

Especialistas aseguraron en entrevista con el periodista Francisco Rodríguez, corresponsal de El Universal en esta región,  que en la zona comprendida entre los Estados de Coahuila y Durango, debido al aumento de las temperaturas,  la extracción de material pétreo, la escasa regulación de la actividad ganadera y los cambios de uso de suelo, nueve especies de lagartijas únicas en el mundo se encuentran en peligro de extinción.

Héctor Gadsden, doctorado en Ciencias Biológicas e investigador del Instituto de Ecología A.C., declaró que en los últimos años se han descubierto evidencias de que las lagartijas están en un punto crítico y algo peor, de seguir el clima igual y no hacer nada, se estima que para 2050 ya no existan.

El científico refiere que, de acuerdo con estudios comparativos de comunidades de lagartijas en diversos sitios del norte de México y sur de Estados Unidos, la región Laguna —ubicada en el desierto chihuahuense— es la más rica en cuanto endemismos de estos reptiles.

Asegura que en al menos dos décadas se ha detectado un calentamiento acelerado de 1.5 grados en la zona y esa temperatura promedio está repercutiendo en los organismos vivod. «Son cambios exponenciales, cambios sutiles que modifican la fenología, la reproducción de las especies», explica.

El calentamiento, apunta, es el principal factor que está colocando a algunas variedades de lagartijas en peligro, ya que al tener una distribución geográfica muy pequeña, están confinadas a islas ecológicas, lo que les impide migrar.

Así mismo, al existir altas temperaturas, las lagartijas restringen sus actividades y pasan más tiempo escondidas. «No salen porque el ambiente está muy caliente y este aumento de la temperatura afecta sus relaciones ecológicas: no se reproducen, no comen igual, dice Héctor Gadsden.

El tema de la sustentabilidad de los sistemas ecológicos, expone, tiene que verse como una pared de ladrillos. Si se empieza a quitar uno y otro tabique, va a llegar un punto en que esa pared se va a caer. «Se pueden desarticular las relaciones bióticas y en algún momento habría un colapso ecológico», asegura.

El investigador considera que la lagartija es como un termómetro vivo en la naturaleza. «Nos da la posibilidad de ver cómo se comportan los cambios tan drásticos de temperatura a nivel de un animal, de un organismo. Y obviamente, si tenemos información de varios hábitats, podemos saber qué pasa en el deterioro ambiental donde se desarrollar. «Sin embargo,  ese termómetro está en peligro de extinguirse», advierte.

Dejar un comentario