Aparte de protegerlo de las inclemencias del tiempo, también le sirve para saludar, enamorar y hasta para molestar. (Este reportaje se publicó en junio de 2016 en nuestra revista)

El sombrero es una prenda imprescindible para la gente del campo, ya que aparte de proteger a quienes lo portan de los rayos del sol, del frío y del polvo, también se usa para saludar, halagar y hasta para provocar molestias a otros.
Pero las funciones del sombrero no terminan ahí, no, porque además cubre las necesidades, ocurrencias o emergencias de su propietario, ya que se utiliza para atizar y apagar el fuego y como «vaso» para beber agua, cuando se come en el campo; para decir adiós, dar la bienvenida a un conocido o enamorar a una dama; sirve también para premiar a un torero o la actuación de su artista preferido; además, con él se puede distraer a un enemigo durante una pelea, atrapar a una víbora y hasta matar a una molesta mosca.
Y por si todo lo anterior fuera poco, el sombrero también la hace de «ángel guardián» ya que arropa el descanso y el sueño de su dueño.

ANTECEDENTES EN MÉXICO
El nombre sombrero es una palabra compuesta, que se deriva de sombra, más el sufijo -ero que indica pertenencia, y se inventó con el objetivo de «cubrir a las personas del sol, en los sombreros de campo y en los sombreros de vestir, como signo de elegancia o de estatus», señala Carlos Ariel López Solorio, gerente de Sombreros Goldstone,(goldstone.com.mx) empresa que se dedica a la fabricación de texanas y sombreros, y que tiene su domicilio en Álvaro Obregón #217, colonia Centro, tel: 01 (476) 743 34 39, en San Francisco del Rincón, Guanajuato.
El sombrero en México data desde los grandes emperadores aztecas que ya cubrían sus cabezas con tocados hechos con plumas de quetzales y águilas. Con la llegada de los españoles hubo una mezcla de las tradiciones autóctonas, lo que definió las formas de varios sombreros como el de los Chichimecas que es de ala ancha, con la copa alta, como el de Emiliano Zapata; hasta el de los Chinacos, los Huicholes y Tzoziles que toman como modelo el sombrero cordobés.
Para su fabricación se utilizan diferentes materias artesanales como la paja de trigo, de avena, de cebada, pelo de liebre y de conejo, fieltro de lana, vara de sauce y bejuco, cuero de vaca o de oveja, palma de jipi, carrizo, etcétera.

PARA TODAS LAS NECESIDADES
El tamaño y la forma del sombrero varía según en la región donde se viva, por ejemplo, en Hidalgo se tiene el sombrero llamado «de vuelta a vuelta». En Michoacán los sombreros de «petate». En Tabasco el famoso sombrero «chontal», que tiene alas muy anchas, copa alta y tejido con palmita entrelazada.
En Veracruz, el famoso sombrero jarocho de palma, con alas muy cortas y levantadas, tiene cuatro pedradas o cavidades y lleva algunos adornos de colores, generalmente plumas. El sombrero yucateco o jipijapa, que también se usa en Campeche, es un sombrero pequeño, de copa baja, ala corta y caído en la frente. El sombrero costeño, también hecho de palma, de ala ancha hacia abajo con orificios para la ventilación y con un cordón para sujetarlo.
El texano es un sombrero de paja o cuero y es el sombrero vaquero por excelencia, lleva una banda de sudor en el interior y también son conocidos por las arrugas de la corona y el balanceo del borde, su copa es alta y ancha. A algunos sombreros vaqueros se les llama de «diez galones» porque son resistentes al agua.
En Oaxaca, son populares los sombreros de «panza de burro» hechos con la lana de borregos sin lavar y mezclada con la cera de abejas silvestres, agua hirviendo y un largo proceso de cinco días y teñido con colores naturales.
Pero el más famoso y que le da identidad a México a nivel internacional es el sombrero charro -–el cual algunos afirman que nació en Guadalajara–, que está hecho de fieltro de lana, de pelo de liebre y también de paja de trigo y forrado con terciopelo y adornado con hilos de oro y plata. Es de ala ancha y en la copa lleva cuatro «pedradas» para darle resistencia, y que fuera popularizado por artistas de la talla de Jorge Negrete y Pedro Infante.

PROCESO DE FABRICACIÓN
Sobre la forma de elaboración, Carlos Ariel López, cuya empresa Goldstone (goldstone.com.mx) exporta el 80 por ciento de su producción a Estados Unidos, Colombia y Brasil, señala que el sombrero de vestir de lana se fabrica con lana de borrego.
Explica que la lana se mete a maquinaria donde es cardada, después se hace una tela a la que se da cuerpo y consistencia; posteriormente se pinta del color que se quiera, ya sea negro o café, enseguida se le da la forma y se aplica goma para que tenga el cuerpo suficiente; tras eso, se adorna por dentro y por fuera y por último, se pule para que pueda salir al mercado.
Sobre los sombreros de palma, señala que generalmente son tejidos a mano en Guerrero ó Oaxaca, y los que son de importación, proceden de China donde tejen la campana a mano también.
«Y aquí en las fábricas de México, los planchamos, se le da la forma que quiera el cliente, ya sea forma vaquera o de vestir, ya sean tipo duranguense, o como los que usaba Joan Sebastian, como los que usa Julión, tipo Marlboro, o tipo catrín; se engoma, pinta y adorna por dentro, se le adorna por fuera, y ya sale a mercado», señala.
López Solorio explica que la diferencia entre unos y otros radica básicamente en la forma de la falda o el ala, ya que unas son más extendidas que otras, «por ejemplo, en un tipo Marlboro, la falda es muy extendida, es más vaquera; en el tipo duranguense, la ala va hacia arriba, y básicamente es lo que cambia entre un modelo y otro», indica.

EL RIVAL
De un tiempo para acá el reinado del sombrero se vio amenazado por la gorra, un invasor que llegó del norte del continente y atrajo el interés de sus seguidores y que por un momento se pensó que lo desplazaría, sin embargo Ariel López no lo considera así.
Él considera que sí es una amenaza muy fuerte que sí ha mermado el uso del sombrero por el precio, la novedad y por la facilidad para lavarse, se maltrata menos y porque es más fácil de portar.
«Por ejemplo, los jóvenes en lugar de usar el sombrero en el campo, o los mexicanos que viven en Estados Unidos, en lugar de utilizarlo, usan gorra,…».
Pero Ariel López considera que el mercado se lo van a repartir «porque no creo que lo llegue a desplazar totalmente», porque lo considera una moda y en cambio el sombrero no lo es. «Son dos productos que van a seguir y cada uno tendrá su mercado», señala.

EL MERCADO
El mercado del sombrero se rige mucho por la moda de los artistas, señala López Solorio, si hay artistas que usen sombrero, que estén muy de moda, se levanta un poco el mercado y si no, sus ventas son lentas, pero sostenidas «pues es un mercado ya maduro, cautivo», explica que es una demanda cíclica.
«Entonces esperemos que en la onda grupera venga otra moda, como la última fuerte que tuvimos, la del pasito duranguense, que son modas que impulsan a levantar otra vez el mercado, entonces esperemos otra oleada de esas para que levante», afirma esperanzado.

EL PANORAMA
Para López Solorio el futuro pinta bien para el sombrero ya que piensa que se mantendrá un crecimiento sostenido, no muy alto, pero va a continuar por bastante tiempo porque es un producto de primera necesidad.
Y muestra de ello es que las exportaciones de sombreros fabricados en San Francisco del Rincón, Guanajuato, que actualmente es capital del sombrero del país, van para arriba, ya que de acuerdo con datos de la Coordinadora de Fomento al Comercio Exterior del estado de Guanajuato, entre enero y marzo de 2014 se enviaron al extranjero sombreros con valor a los tres millones 600 mil dólares, mientras que en el mismo periodo de 2015 la cifra se elevó a 4 millones 680 mil dólares. Y donde Estados Unidos es el principal destino de los sombreros de exportación.
Lo que significa que, pese a las amenazas, el reinado del sombrero seguirá por mucho tiempo.

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