Cada día es más apremiante la necesidad de que los agronegocios sean exitosos y en especial el eslabón central y origen de esa actividad económica: El Campo.

Las unidades de producción rural son quienes sustentan los agronegocios y la productividad de ellas depende, en gran medida, de los recursos naturales con que cuentan; por ello es prudente revisar como estamos administrando los insumos que la naturaleza nos ha proporcionado para producir la biomasa requerida que permite satisfacer gran parte de las necesidades humanas de alimento, vestido, vivienda, salud, recreación, transporte, empleo y energía.

El crecimiento poblacional, desarrollo industrial, concentración urbana y en especial la ambición del hombre por acumular riqueza han propiciado que la investigación y transferencia tecnológica se sustenten en criterios económicos, los procesos productivos agropecuarios que se practican no se ajustan a la reflexión sobre el aprovechamiento racional de los recursos naturales, sino a condiciones mercantiles donde, frecuentemente, la decisión de la práctica, insumo, época y dosis aplicar se toma por influencia de vendedores quienes realizan sus ventas gracias al desconocimiento del productor o bien mediante comisiones a los tomadores de decisiones quienes en muchos casos no son los dueños sino los encargados de los cultivos.

La naturaleza nos ha dotado de los insumos básicos para producir como son: Agua, Suelo, Vegetación y Clima.

En lo que respecta al agua y de acuerdo a datos publicados por la CONAGUA en el documento: Estadísticas del Agua en México Edición 2014, se tienen las condiciones generales siguientes:

Disponibilidad

México recibe aproximadamente 1, 489, 000 millones de m3 de agua en forma de precipitación al año. De esta agua, se estima que el 71.6 % se evapotranspira y regresa a la atmósfera, el 22.2 % escurre por los ríos o arroyos, y el 6.2 % restante se infiltra al subsuelo de forma natural y recarga los 653 acuíferos. Tomando en cuenta los flujos de salida (exportaciones) y de entrada (importaciones) de agua con los países vecinos, el País anualmente cuenta con 471.5 mil millones de m3 de agua dulce renovable.

La disponibilidad promedio de agua por persona es de 3,982 metros cúbicos; en la región hidrológica Lerma Santiago, a la que pertenece Jalisco, la disponibilidad per cápita es de 1,515 m3, mientras que en la región frontera sur es de 21, 906 m3

Distribución

El volumen de precipitación en las distintas regiones del País va desde menos de 500 milímetros en las zonas áridas y semiáridas, hasta las mayores de 2,000 mm en el sureste.

Para uso agrícola se destinan 61.82 miles de millones de metros cúbicos, 41.04 de origen superficial y 20.78 subterráneo, lo que significa el 13.11 % y el 75.72 % del volumen de agua dulce renovable y del volumen concesionado o asignado respectivamente. Sinaloa destaca con una concesión de 9,057.3 millones de m3, Jalisco dispone de 4,614.9 m3.

Infraestructura

Existen más de 5,163 presas y bordos en México, algunas de las cuales se clasifican como grandes presas, en conjunto tienen una capacidad de almacenamiento de aproximadamente 150,000 millones de metros cúbicos. En las 172 presas con mayor capacidad de almacenamiento para diversos usos existe una capacidad en el nivel máximo de aguas ordinarias de 121,742.58 m3.

México ocupa el sexto lugar mundial en términos de superficie con infraestructura de riego con 6.4 millones de hectáreas, de las cuales de las cuales 3.4 millones el 54 % corresponde a 85 distritos de riego, y los tres millones restantes a más a más de 39 mil unidades de riego. Adicionalmente se tienen 2.9 millones de hectáreas con temporal tecnificado.

Usuarios

Se tienen registrados 302,879 títulos de concesión para el uso agrícola del agua, los usuarios en distritos de riego ascienden a 547,010. La productividad de agua en el ciclo 2012/2013 fue de 1.83 kg/ m3.

Aprovechamiento en la agricultura

En el año agrícola 2014 se sembraron en condiciones de riego 5.86 millones de hectáreas el 26 % del total sembrado que ascendió en ese año a 22.2 millones de ha.

Con el agua que se precipita y almacena en el País se cultivan 319 especies de las 26,000 plantas detectadas en la vegetación de México.

No obstante, el esfuerzo que se ha hecho por construir la infraestructura para irrigación, queda mucho por avanzar en el manejo del agua, por una parte, se debe racionalizar el volumen para producir biomasa; por ejemplo, el consumo de agua para producir un kilogramo de maíz actualmente es en promedio de 1,000 litros, cuando es posible hacerlo con 600 o 650.

Es necesario promover e inducir la medición de parámetros como la evapotranspiración, capacidad de retención de humedad del suelo; para cultivos de temporal determinar el índice de humedad de cada unidad de producción rural, la duración de estación de crecimiento para elegir el cultivo y variedad que mejor se ajuste a los días con humedad que se tengan disponibles en cada caso.

Otro aspecto que es fundamental para que el ciclo hidrológico sea más productivo en la producción de biomasa es cuidar que en su paso por el suelo el agua encuentre los nutrientes y condiciones físicas, químicas y biológicas necesarias para el cumplimiento óptimo del metabolismo de la planta, reintegrándose a la atmosfera con la satisfacción de haber cumplido su misión productora de alimentos y materias primas a cabalidad.

Para el aprovechamiento óptimo del agua en la agricultura, se debe aceptar que no solo depende de cuidar los volúmenes aplicados sino entender que su productividad está condicionada al cumplimiento óptimo de su relación con el suelo y la planta, en una evidencia más de que la naturaleza es integralidad, la visión parcial con la que frecuentemente se atiende la actividad agrícola es contra natura. En los próximos números de la revista se hablará de la administración de los otros tres insumos naturales que tenemos para producir: suelo, vegetación y clima.

M.C.S. Miguel Trejo Luna Herrejón
Director General de CYCASA, S.C.
cycatrejo@hotmail.com

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